17.6.11

LOS SIERVOS DE HOLLYWOOD

Estábamos sentados, en compañía de un cineasta americano, en un pequeño café de Hollywood, decorado con un estilo más propio de un establecimiento de Bagdad, como muchos otros de la ciudad. Era una sofocante noche de diciembre. Todas las puertas del café estaban abiertas de par en par. Un viento seco agitaba las hojas de las palmeras.
-¿Quieren saber ustedes-decía el cineasta-por qué nos pasamos día y noche haciendo películas de una estupidez pasmosa, que poco a poco van entontecíendo al espectador, cuando disponemos de una técnica maravillosa y unos actores excelentes, cuando algunos de nuestros directores se cuentan entre los mayores artistas del mundo y hemos demostrado que de vez en cuando, muy de vez en cuando, somos capaces de hacer unos largometrajes extraordinarios? ¿De verdad quieren saberlo? Pues voy a decírselo. -El ci neasta pidió una copa de jerez-. Recuerden quién era antaño el personaje antipático del cine americano. Casi siempre el banquero. En las cintas de aquella época hacía siempre el papel de canalla. Fíjense ahora en los miles de películas rodadas en Hollywood en los últimos años: el banquero ha desapareciclo como personaie negativo. Hasta se ha convertido en un tipo positivo. Ahora es un hombre bueno y simpático que ayuda a los pobres y a los enamorados. La razón de esa transformación es que los banqueros y los grandes capitalistas se han convertido en los dueños de Hollywood. Y ya se pueden imaginar que no les gusta aparecer retratados como unos miserables. Les diré más: la industria cinematográfìca americana es la única aventura a la que los capitalistas se han lanzado no sólo por afán de lucro. No es casual que ha gamos películas tan estúpidas. Así nos lo ordenan. Lo hacen a propósito. Es un lavado de cerebro sistemático, una estrategia que busca el embrutecimíento paulatino de la población. Las películas de Hollywood jamás se ocuparán de ninguna cuestión de importancia capital, puedo garantizárselo. Nuestros patrones no lo permitirán. Esa labor de años ha dado ya unos frutos desastrosos. El espectador americano ha perdido el hábito de pensar. El público medio ha caído a un nivel inusitadamente bajo. Le resulta muy difícil ver algo más sustancial que una película con números de baile o un drama seudohistórico. Mostradle una película inteligente y se irá al cine de al lado, llevándose del brazo a su chica. Por eso las producciones europeas, más ricas en contenido que las americanas, tienen tan poca aceptación aquí. Lo que les estoy contando es terrible, pero no hago más que describirles el verdadero estado de la situación. Se necesitarán muchos años de trabajo para devolver a los espectadores americanos un sentido estético. Pero ¿quién se encargará de esa labor? ¿Los amos de Hollywood?

Esta descripción de la industria cinematográfica americana (Hollywood) pertenece un capítulo del libro -la América de una planta- (Edt. Acantilado, Barcelona 2009), recopilación de las crónicas americanas que los escritores Ilf & Petrov publicaron en el diario Soviético Pravda a lo largo de los años 1935 y 1936.
Perfectamente podría esta descripción servir para definir lo que representa la industria del cine en el mundo de hoy; lo que antes ocurría a escala norteamericana , ahora lo podemos constatar a nivel mundial.
Se necesitarán muchos años de trabajo para devolver a los espectadores mundiales un sentido estético.
¿quién se encargará de esa labor? ¿Los amos del Mundo?

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